Siempre que se habla de rascacielos, nos vienen a la mente grandes ciudades de Estados Unidos como Nueva York o Chicago, o incluso la lujosa Abu Dhabi, con su imponente Burj Dubai, el rascacielos más alto del mundo (828 metros).
Pero lo que mucha gente no sabe es que, curiosamente, la región en la que vive más gente en las alturas es Hong Kong. Para que te hagas una idea, en todo su territorio hay más de 7.600 rascacielos (¡una barbaridad!), y casi todos se utilizan como viviendas. En ningún otro rincón del mundo hay más gente viviendo o trabajando por encima del piso 14.

Michael Wolf es un fotógrafo alemán que se ha dedicado a decodificar la avasallante densidad urbana de Hong Kong, obteniendo outputs visuales de estimulante belleza. La estética de un fenómeno originalmente aterrador, sensibilidad urbana volcada a la geometría y a la repetición, ritmos y patrones que suponen el orden divino de un angustiante caos. La óptica de su cámara desentraña la cromática complejidad esencialmente tatauada en el alma de toda concentración citadina.

Las expectativas señalan que en este nuevo milenio se va a producir un aumento de habitantes cada vez mayor en las ciudades con los problemas de sustentabilidad derivados de ello. El tipo de edificio clave para responder a esta demanda es el edificio urbano de alta densidad: el rascacielos. Se trata de la alternativa, para varios expertos, de alojar ordenadamente el crecimiento y proteger el espacio urbano. El altamente evolucionado urbanismo de los rascacielos de Hong Kong y Nueva York refleja la elevada demanda de espacio y ubicaciones preferentes y, a su vez, su éxito como
imanes para los negocios.